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En un reciente editorial del Lancet oncology se reflexiona acerca de la controversia existente en Reino Unido acerca de las últimas decisiones que ha realizado el NICE: en los últimos 2 meses, sólo una recomendación de cada cuatro ha sido positiva. El NICE ha rechazado por motivos de la excesiva desproporción entre beneficio y precio: Nab-paclitaxel para el cáncer de páncreas metastásico (08 de septiembre 2014); emtansina trastuzumab para el cáncer de mama HER2-positivo (Aug 7, 2014); y abiraterona para el cáncer metastásico de próstata hormono-resistente (14 de agosto 2014) han sido rechazadas por motivos de insuficiente rentabilidad. Sólo la lenalidomida para los síndromes mielodisplásicos (19 de agosto 2014) ha sido aprobada.

Con esta serie de decisiones negativas en rápida sucesión el NICE se ha puesto inevitablemente bajo presión. Un informe encargado por el Cancer Research UK (CRUK) publicado el 08 de septiembre 2014, llegó a la conclusión de que el tratamiento del cáncer prestado por el NHS estaba en un punto de ruptura. Por contra, otro informe del 16 de septiembre 2014, declaró que más de la mitad de todos los hospitales estaban en quiebra y que el NHS iba a terminar el año con un déficit de casi mil millones de libras.

El Secretario de Salud del Reino Unido, Jeremy Hunt, se ha involucrado en lo que Lancet considera una «política de gestos». El 27 de Ago de 2014, el equivalente a nuestro ministro de sanidad, ordenó una revisión del sistema de evaluación de fármacos contra el cáncer del NICE y anunció un aumento del presupuesto del gobierno para el llamado Cancer Drugs Fund que ha pasado de 200 millones de libras a 280 con el consiguiente aplauso por parte de asociaciones de cáncer y grupos de pacientes.

¿Qué es el Cancer Drugs Fund? El Fondo de Medicamentos contra el Cáncer fue creado en 2010 por el gobierno de coalición para ¡pagar los nuevos medicamentos contra el cáncer rechazados por el NICE! Los oncólogos ingleses pueden solicitar tratamientos rechazados por el NICE caso por caso. Existe un Comité de especialistas que decide si aprueba un medicamento para su uso en el NHS basado en una escala de 12 puntos que evalúa la eficacia clínica. Desde su creación hace 4 años, el Fondo ha aprobado cerca de 43 medicamentos para 80 indicaciones diferentes, estimando que han sido 55.000 pacientes los que se han beneficiado de unos tratamientos que, desde el punto de vista del NICE, no deberían ser financiados por el sistema público de salud.

Este Fondo es pues una manera de saltarse al NICE. Para los críticos, la creación del Fondo ha sido «mala política» porque representa una especie de «onco-excepcionalismo», ignorando los criterios de rentabilidad por los cuales se evalúan la mayoría de los medicamentos, creando así una asignación ineficiente de los escasos recursos del NHS no respaldada por la evidencia. El presidente ejecutivo de NICE, Andrew Dillon, argumenta que no tiene sentido que cuando NICE rechaza un medicamento para su uso rutinario, en la mayoría de los casos, el Fondo acepte su uso. Además, esta estrategia quita el incentivo creado por el NICE  para que las compañías farmacéuticas reduzcan los precios de sus medicamentos. En alguna ocasión, las compañías, tras el rechazo del NICE, han ofrecido descuentos a través de «programas de acceso a pacientes». Pero, gracias al Fondo, si sus productos son rechazados por el NICE, todavía tienen otra vía que no está disponible para otros medicamentos: pueden solicitar la aprobación del Fondo que pagará el precio rechazado por el NICE.

Pero no acaban aquí los problemas políticos del NICE. Además de los problemas que genera el Cancer Drugs Fund, sus decisiones son socavadas en el Reino Unido por otra parte. El Grupo de Estrategia de Medicamentos de Gales (Welsh Medicines Strategy Group) ha aprobado el nab-paclitaxel para su uso en Gales, creando más fragmentación y acentuando las disparidades del nivel de atención disponible en el Reino Unido, algo para lo que, precisamente el NICE fue creado.

¿Tiene realmente el NHS una atención al cáncer de segunda clase por culpa del malévolo NICE que impide el acceso de los pacientes enfermos de cáncer a medicamentos que pueden prolongar sus vidas unas cuantas semanas como sugiere el lenguaje manipulador y emotivo de los medios de comunicación? No parece que sea así, comenta el Editorial del Lancet. Por un lado, el NICE no parece moverse solo por los precios ya que ha aprobado recientemente dos medicamentos oncológicos muy caros: el 22 de julio de 2014, el NICE aprobó el ipilimumab para el tratamiento de primera línea del melanoma maligno avanzado y el enzalutamide para el cáncer de próstata progresivo. Por otro lado, la propia comisión CRUK muestra que la supervivencia en el NHS está en máximos históricos y nueve de cada diez pacientes dicen que la atención que reciben es excelente o muy buena. Informes independientes realizados en otros países, como el aparecido en junio de 2014 de Commonwealth Fund, con sede en Estados Unidos, y que compara la atención de salud de Estados Unidos con la de otros diez países, llegó a la conclusión de que el Reino Unido ocupa el primer lugar por la calidad, el acceso y la eficiencia de la atención, y en segundo lugar por la equidad de la atención sanitaria.

Las críticas actuales, refiere el Lancet, deberían mantenerse en perspectiva. Si bien es justo preguntarse si los AVAC utilizados por el NICE para determinar la rentabilidad de un determinado medicamento están en línea con las expectativas de hoy en día, es igualmente importante reconocer que el regulador no es completamente responsable de la situación actual por dos razones: (1) las recomendaciones de NICE son informadas por costos y evidencias fuera de su control y (2) la equidad sólo se puede proteger mediante el uso de criterios consistentes.

Y termina el texto: «en lugar de apuntarse tantos y generar luchas internas, todas las partes deben trabajar juntas para ofrecer la mejor atención posible dentro de las limitaciones de un mundo que, por desgracia, nunca va a poder ofrecer la solución utópica»

Desde luego, el Gobierno del Reino Unido le está dando duro al NICE, haciendo política demagógica con las expectativas de los pacientes, haciéndole el juego a las multinacionales farmacéuticas y dejando «al pie de los caballos» a los malvados burócratas del NICE que ponen precio a los días.

MBE: Medicina basada en la emoción