https://www.nature.com/articles/srep36250.pdf

La exposición al Depakine durante el embarazo podría aumentar el riesgo de desarrollar autismo y otras alteraciones no solo en los niños directamente afectados sino también en segundas y terceras generaciones. 

En la última alerta de la EMA en relación con el ácido valproico, nos ha llamado la atención que las autoridades soliciten a las empresas comercializadoras que investiguen el posible efecto del Depakine sobre las siguientes generaciones:

«También incluirá un estudio observacional retrospectivo para observar cualquier asociación entre la exposición al valproato de hombres y el riesgo de malformaciones y trastornos del desarrollo, incluido el autismo, en su descendencia» 

Como siempre, lo primero que hay que decir es que pedir a los máximos interesados en que no se encuentren problemas en relación con un producto del que quieren extraer beneficios económicos, que investigue los posibles daños de ese producto, es tan estúpido como imprudente.

Pero además de esta obviedad, nos llama la atención la recomendación acerca de estudiar el efecto en los descendientes y hemos querido averiguar qué hay detrás de la enésima estrategia de gestión de riesgos en relación con el Depakine.

Encontramos un texto publicado hace 2 años en Nature: The transgenerational inheritance of autism-like phenotypes in mice exposed to valproic acid during pregnancy 

Hay mucha preocupación entre los investigadores acerca del incremento de los diagnósticos de autismo en el mundo.

La genética tiene una limitada implicación en el autismo (no mas del 25% de los niños con autismo tienen alteraciones genéticas identificables) y no explicaría desde luego su incremento. Entre los factores que pueden estar relacionados con dicho incremento, además de los derivados del sobrediagnóstico, podrían estar los ambientales con capacidad de causar alteraciones epigenéticas.

La epigenética es el conjunto de reacciones químicas que modifican la actividad del ADN pero sin alterar su secuencia. Las marcas epigenéticas no son genes pero influyen en la genética de los organismos. En los últimos años se habla cada vez más de la posibilidad de que las alteraciones epigenéticas generen una mayor susceptibilidad de transmitir nuevos rasgos a las siguientes generaciones. Es lo que se conoce como «herencia transgeneracional epigenética».

https://revistageneticamedica.com/2015/04/24/esperma-paterno-autismo/

Algunos estudios anteriores al que estamos comentado ya señalaban la posibilidad de que alteraciones epigenéticas del esperma paterno estuvieran relacionadas con el autismo. El esperma paterno es más sensible a la exposición de agentes ambientales que los ovocitos maternos.   

Pero es en el periodo fetal cuando el embrión es especialmente vulnerable a factores ambientales y donde también se podrían producir alteraciones epigenéticas debido a la exposición a ciertas drogas, algunos contaminantes, factores maternos como estrés o el consumo de medicamentos tóxicos.

Para validar la hipótesis de que es posible que parte del incremento en la prevalencia del autismo pueda deberse a una herencia transgeneracional epigenética causada por una mayor vulnerabilidad fetal, debido al incremento de la prevalencia de diversos factores ambientales que afectarían a las madres, los investigadores utilizan el modelo del síndrome fetal por valproico, que ha demostrado fehacientemente su capacidad para producir trastornos del espectro autista.

https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fncel.2018.00078/full

En el trabajo comentado, los investigadores, tras «crear» ratas autistas mediante su exposición durante el periodo prenatal a ácido valproico, comprueban como los descendientes (hijos y nietos) de las ratas macho, heredan los rasgos autistas. Dicho técnicamente, los fenotipos conductuales similares al autismo encontrados en la generación F1 persistieron en las generaciones F2 y F3. 

https://www.cureepilepsy.org/news/epilepsy-drug-sodium-valproate-could-cause-medical-problems-trans-generationally-if-taken

De ahÍ la preocupación de la EMA y de algunas asociaciones de pacientes epilépticos. Es posible que los niños varones expuestos a valproico durante el periodo prenatal, hayan expresado o no clínicamente un trastorno clínico relacionado con el autismo, puedan transmitir a sus hijos y nietos unos rasgos epigenéticos capaces de producir autismo.

https://www.clikisalud.net/temas-autismo/vida-independiente-y-sexualidad-en-las-personas-con-autismo/

La posibilidad de que personas con autismo puedan tener descendencia no es alta excepto en los casos más leves. Sin embargo, parece claro que a día de hoy, si el autismo ha sido causado por la exposición materna a valproico, se debería informar de la posibilidad de que los afectados puedan trasmitir a sus descendientes rasgos epigenéticos que aumenten la posibilidad de que desarrollen esta enfermedad. 

Pero el gran interrogante se plantea con qué puede pasar con varones sin una expresión clínica autista que han sido expuestos durante el embarazo de su madre a valproico ¿Pueden tener alteraciones epigenéticas silentes y ser capaces de transmitir el autismo a sus descendientes? Y las otras alteraciones relacionadas con el síndrome fetal por valproico ¿son también transmisibles a otras generaciones vía herencia transgeneracional epigenética? El estudio solicitado por la EMA a las empresas comercializadoras de medicamentos relacionados con el ácido valproico, no queda limitado al autismo ya que habla de «cualquier asociación entre la exposición al valproato de hombres y el riesgo de malformaciones y trastornos del desarrollo, incluido el autismo» 

Hay dudas, está claro; y deben ser tan importantes que la EMA ha pedido explícitamente a las compañías comercializadoras, la más importante es Sanofi, que las investigue. Es decir, es muy poco probable que tengamos datos nunca.

Deben ser las autoridades las que realicen estas investigaciones aunque se deba pedir su financiación a los laboratorios. Para ello en primer lugar hay que identificar proactivamente a las familias afectadas y hacer un estudio no solo de los hijos sino también de los nietos y bisnietos (que los puede haber dado que el fármaco lleva 50 años en el mercado) 

Muy preocupante porque estaríamos ante la trágica posibilidad de una ampliación enorme del daño producido por el Depakine: su efecto dañino podría afectar hasta a tres generaciones (hijos, nietos y bisnietos).

Lo que hasta ahora hemos descubierto podría ser solo sería la punta del iceberg del escándalo Depakine.