Firmado por:

Pilar Losada León. Médica de familia y comunitaria.

Anna Pujol Flores. Médica de familia y comunitaria en EAP Sant Vicenç dels Horts (Barcelona).

Ana Porroche-Escudero. Doctora en antropología. Universidad de Lancaster.

Serena Brigidi. Doctora antropología médica. Universitat Rovira i Virgili.

Raquel Alcojor García. Matrona, enfermera de salud mental y licenciada en antropología.

Pepa Bojó-Ballester. Psicóloga experta en violencia de género y grupos de empoderamiento de mujeres.

María del Mar García-Calvente. Doctora en Medicina, especialista en salud pública. Escuela Andaluza de Salud Pública.

Isabel de La Paz Cañizares. Farmacèutica especialista en farmacia hospitalaria y en farmacia oncológica. Direcció Assistencial d’Hospitals. Institut Català de la Salut.

Aurora González Orero. Médica y diplomada en acompañamiento comunitario contra la violencia de género.

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La actual crisis mundial derivada del nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, y la enfermedad que provoca, la COVID-19, está impactando en las mujeres, especialmente en aquellas que pertenecen a grupos socioeconómicos más vulnerables1. Los datos existentes desagregados por sexo muestran una mayor gravedad de la enfermedad en los hombres, con más casos de neumonía y más tasa de ingresos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y fallecimientos, hecho que podría estar relacionado con las diferencias entre la respuesta inmune de cada sexo.2 Sin embargo, las tasas de infección son más elevadas en mujeres con un 56.6% del total.3

Cuando hablamos de impacto nos referimos a la enfermedad y a aquellos factores que afectan a la salud de las personas, como por ejemplo las políticas sanitarias y educativas, las prácticas sociales o la economía.

El sistema de género es un constructo social que regula de manera encorsetada los comportamientos de las personas según el sexo que se les asigna desde el nacimiento. Así se espera que los comportamientos de los hombres sean estrictamente masculinos y los de las mujeres femeninos.4 El género afecta a todas las estructuras de la sociedad, incluyendo las políticas y servicios públicos, la medicina, los roles sociales que desempeña cada persona y el estado de salud poblacional, constituyendo un eje de desigualdad ampliamente reconocido.5

Por todo esto, este manifiesto cree que es fundamental la inclusión de la perspectiva de género en todas las investigaciones, programas y prácticas científicas.6–8 Además, es necesario tener en cuenta que las desigualdades de género intersectan con otros ejes de desigualdad como el racismo, la homofobia, la transfobia, el capacitismo, el edadismo o la clase social, entre otras.9,10 Del mismo modo, es necesario que los estudios futuros exploren la brecha de género en relación con el mercado laboral (por ejemplo, el acceso a empleo, el desempleo y la cobertura del mismo)11 y su relación con la enfermedad. También consideramos que la perspectiva de género debe incluirse de manera sistemática en los estudios sobre la COVID-19 crónica (personas que presentan síntomas por un tiempo superior a los tres meses).12

Ignorar el impacto de la combinación del género y otras formas de opresión puede tener consecuencias sociales y económicas desastrosas, incrementado las desigualdades en salud.13–15

Feminización del ámbito sanitario y de los cuidados.

La mayoría de los trabajos dentro del ámbito sanitario y de cuidados en el hogar están feminizados, teniendo estos últimos una especial representación de mujeres migrantes.16,17 Cabe destacar que las tareas de cuidados informales (o no remuneradas) constituyen la parte invisible del “iceberg” de la atención a la salud. Es decir, el 80% de la provisión de todos los cuidados estaría en la zona sumergida o invisible del iceberg, mientras que solo el 20% restante serían proporcionados por los servicios de salud.18 En España más del 75% de las personas que prestan cuidados informales a personas dependientes son mujeres.19 Cabe destacar que la situación de “informalidad” se traduce en una menor estabilidad económica y reducida capacidad para absorber la crisis generada por la pandemia actual, lo que incrementa la feminización de la pobreza.20

Esta diferencia en la feminización de profesiones dedicadas a los cuidados se traduce en un mayor riesgo de contagio de la COVID-19 porque las expectativas sociales en torno a los roles de género influyen en la gestión de las condiciones y riesgos laborales (remuneradas o no). A pesar de la evidencia creciente e innegable no se está investigando de forma sistemática la relación entre el género, las condiciones laborales y el riesgo de contagio. Además, en el contexto de la pandemia, hay que tener en cuenta que estar infectado y ser afectado no van necesariamente de la mano.21 Tampoco se está estudiando el rol del género en la experiencia de la enfermedad, incluido el esfuerzo terapéutico y la mortalidad. Esta crisis no ha hecho más que acentuar y explicitar desigualdades de género existentes, poniendo de manifiesto la importancia de los cuidados y las cuidadoras, como base sustentadora de la vida.

La violencia de género maginificada durante el confinamiento.

Como ya hemos mencionado, es necesario desarrollar estudios que den cuenta de las diversas violencias que viven las mujeres, la infancia y el colectivo de lesbianas, gais, transgénero, bisexuales, intersexuales, queer, asexuales y otras sexualidades (LGTBIQA+)22,23 y que se han agravado durante esta pandemia. El confinamiento ha hecho que estos grupos sociales hayan tenido que compartir techo con sus agresores. Por ejemplo, en España, los datos recogidos a nivel estatal durante el periodo de confinamiento reflejan el aumento de las peticiones de ayuda por violencia de género.24 Según los últimos datos hechos públicos por el Ministerio de Igualdad,25 las llamadas al número de teléfono especializado en violencia de género 016 se incrementaron en entorno a un 60% hasta finales de abril, con respecto a los mismos meses del 2019. También se han disparado las consultas online y la petición de ayuda psicológica. Se necesita una mirada de género global, interdisciplinar y transversal que permita identificar los factores que pueden acrecentar las violencias y desigualdades sufridas por las mujeres, la infancia, el colectivo LGTBIQA+ y las personas dependientes tras el confinamiento y durante esta crisis.

Salud reproductiva y la COVID-19.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que, con o sin pandemia, todas las embarazadas tienen derecho a tener una experiencia de parto positiva, ser tratadas con respeto y dignidad, estar acompañadas por una persona de su elección durante el parto, mantener comunicación clara con el personal sanitario, recibir apoyo para aliviar del dolor y elegir la postura en el parto. Del mismo modo, la OMS continua recomendando la lactancia aunque la madre sea COVID-19 positivo.26

A pesar de estas recomendaciones, se han vivido situaciones de vulneración de los derechos de las madres y los bebés, justificadas en nombre de la contención de la pandemia. Como consecuencia se han visto aumentar los casos de separación madre-recién nacido que afectan el desarrollo del apego y la instauración de la lactancia materna. También han incrementado el número de cesáreas, las dificultades para la recuperación física y psicológica de las mujeres tras el parto y, en términos generales, la violencia obstétrica en los paritorios.27 Además, la acentuación de la precariedad laboral de las mujeres a raíz de la COVID-19 dificulta el inicio y mantenimiento de la lactancia materna. Paradójicamente, los bebés que más se podrían beneficiar de la protección que aporta la lactancia materna son los que más riesgo tienen de no llegar a disfrutarla.

La atención a las madres y bebés durante el puerperio ha sido reducida a la mínima expresión y las madres apenas tienen apoyo al suspender las consultas presenciales. Los teléfonos de los centros de salud están colapsados, como consecuencia los grupos de apoyo son más consultados.

El colectivo LGTBIQA+ y el estado de alarma.

También es necesario profundizar en las particularidades de las experiencias de las personas de la comunidad LGTBIQA+ durante la crisis sanitaria. Los resultados preliminares de un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) sobre los impactos psicosociales de esta población durante el estado de alarma muestran que más de un 60% de ellas han tenido que convivir en el domicilio familiar durante el confinamiento, incluso en “situaciones expresas de no aceptación”28, lo que ha podido transformar la cuarentena en un nuevo “encierro en el armario”, con las consecuencias traumáticas que puede tener convivir con personas que niegan y menosprecian tu identidad.

La discriminación del colectivo LGTBIQA+ actúa en muchas ocasiones como factor determinante para que muchas personas de la comunidad no puedan acceder al ámbito laboral formal y se vean obligadas a desarrollar trabajos informales, con la precariedad y la exclusión social que esto supone. Esta situación de exclusión se ha visto acrecentada por la situación de crisis.

Estructuras que faciliten la investigación.

La pandemia también ha puesto de manifiesto desigualdades de género en las mismas estructuras que organizan y facilitan la investigación. El sistema de género no solo condiciona el planteamiento de hipótesis, el diseño de la investigación y el análisis de los resultados; también influye en la “productividad”.

Por lo general, las mujeres investigadoras y docentes tienen menos tiempo y energía para ser productivas a causa del trabajo académico “invisible” y que no se valora en los comités de promoción.29 No es de extrañar que la labor invisible la realicen desproporcionadamente las madres, las madres solteras, las más junior, las que están en situaciones de precariedad laboral, o las que pertenecen a grupos sociales LGTBIQA+, de clase obrera o minorías étnicas. Esta desigualdad de cuidados se sigue dando también entre parejas con alto nivel de estudios30,31 y en el teletrabajo elegido, en muchos casos impuesto, durante la pandemia actual.32 Se necesita un cambio de modelo investigador/docente donde se redistribuyan las tareas administrativas de manera equitativa entre la plantilla laboral y se tenga en cuenta el peso de los cuidados a la hora de valorar la ‘productividad’ en los paneles de promoción y contratación.

También es necesario destacar que todavía existe insuficiente investigación biomédica y estudios sobre cómo el sexo y el género impactan en la salud y en las enfermedades. En la actualidad la mayoría de la investigación básica es llevada a cabo en modelos animales masculinos y no se requieren estudios fase II para comparar las dosis y eficacia entre hombres y mujeres.33,34 En cuanto al análisis de resultados es frecuente que nos encontremos con la falta de análisis por subgrupos entre hombres, mujeres y otros grupos del colectivo LGTBIQA+.

La figura de la persona “experta” todavía tiene rostro de hombre.

Otro aspecto notorio de la pandemia es que la figura de la persona “experta” todavía tiene rostro de hombre. A pesar de que las mujeres diseñan estudios clínicos, lideran grandes equipos de investigación y asesoran a figuras políticas, sus voces y experiencias están ausentes en los discursos públicos35 y del imaginario colectivo sobre el género y la investigación.

A modo de conclusión.

Hemos ilustrado cómo el género es un factor clave a la hora de entender la relación entre el SARS-CoV-2 y los procesos de salud/enfermedad/atención. Dejar al margen la perspectiva interseccional y de género en los estudios científicos sería como hacer una silla con tres patas o empezar una casa por el tejado: inútil.

Por todos estos motivos, consideramos que incluir las lentes del género y la interseccionalidad es tan importante como conocer el historial clínico de una persona y necesario para obtener resultados científicos más ajustados a la realidad, favoreciendo el universalismo proporcional36 que mejora la equidad en el abordaje de la salud.

Agradecimientos.

Agrademos a la revista MyS. Mujeres y Salud que nos permita adelantar esta publicación en NoGracias previa a su publicación impresa.

Referencias.

  1. Organización Panamericana de la Salud. Promoción de la equidad en la salud,la igualdad étnica y de género, y los derechos humanos en la respuesta a la COVID-19: consideraciones clave. https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/52075/OPSEGCLEGCOVID190001_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y (2020).
  2. Moeser, A. COVID-19’s deadliness for men is revealing why researchers should have been studying immune system sex differences years ago. The Conversation http://theconversation.com/covid-19s-deadliness-for-men-is-revealing-why-researchers-should-have-been-studying-immune-system-sex-differences-years-ago-138767 (2020).
  3. Equipo COVID-19. RENAVE. Centro Nacional de Epidemiología. CNE. Informe sobre la situación de COVID-19 en España. Informe n.32. (2020).
  4. Missé, M. & Coll-Planas, G. El género desordenado: Críticas en torno a la patologización de la transexualidad. (Egales, 2010).
  5. Sen, G., Ostlin, P. & George, A. Unequal, unfair, ineffective and inefficient: Gender inequity in health – Why it exists and how we can change it, Final report to the WHO Commission on Social Determinants of Health. http://www.who.int/social_determinants/resources/csdh_media/wgekn_final_report_07.pdf (2007).
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  7. Ruíz-Cantero, M. T. & Verbrugge, L. M. A two way view of gender bias in medicine. J. Epidemiol. Community Health 51, 106–109 (1997).
  8. Wenham, C., Smith, J. & Morgan, R. COVID-19: the gendered impacts of the outbreak. The Lancet 395, 846–848 (2020).
  9. Viveros Vigoya, M. La interseccionalidad: una aproximación situada a la dominación. Debate Fem. 52, 1–17 (2016).
  10. Hankivsky, O. & Christoffersen, A. Intersectionality and the determinants of health: a Canadian perspective. Crit. Public Health 18, 271–283 (2008).
  11. Oficina de Conciliación y Cooperación Institucional para la Igualdad de Oportunidades de la Comunidad de Madrid. Impacto de género de la COVID-19 en el mercado de trabajo madrileño. (2020).
  12. Zaman, M. Long-term side effects of COVID-19 as told by women. Refinery29 https://www.refinery29.com/en-us/2020/07/9932376/long-term-effects-covid (2020).
  13. Hankivsky, O. An intersectionality-based policy analysis framework. (2012).
  14. Hankivsky, O. et al. An intersectionality-based policy analysis framework: critical reflections on a methodology for advancing equity. Int. J. Equity Health 13, 119 (2014).
  15. Agénor, M. Future Directions for Incorporating Intersectionality Into Quantitative Population Health Research | AJPH | Vol. 110 Issue 6. Am. J. Public Health 110, 803–806 (2020).
  16. Mlambo-Ngcuka, P. COVID-19: un lugar protagónico para las mujeres. ONU Mujeres https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/3/statement-ed-phumzile-covid-19-women-front-and-centre (2020).
  17. Escartín-Lasierra, P. & Gimeno-Feliu, L. Inmigración, minorías étnicas y salud. in Salubrismo o barbarie: Un mapa entre la salud y sus determinantes sociales (eds. López-Ruiz, V. & Padilla, J.) 148–164 (Atrapasueños Editorial, 2017).
  18. Durán, M. Á. La riqueza invisible del cuidado. (Universitat de València, 2018).
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  20. Benito, N. La crisis del coronavirus arrasa con los más pobres y se ceba con las mujeres. byzness https://byzness.elperiodico.com/es/economicos/20200812/crisis-coronavirus-pobres-mujeres-8072884 (2020).
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  22. ONU/Argentina. La ONU y Argentina luchan con la otra pandemia del coronavirus, la violencia de género. Noticias ONU https://news.un.org/es/story/2020/04/1473082 (2020).
  23. UN Women. Violence Against Women and Girls Data Collection during COVID-19. EVAW COVID-19 Briefs (2020).
  24. Fominaya, C. Niños y adolescentes agredidos por sus padres suponen casi el 50% de las llamadas de ayuda recibidas en Anar. ABC https://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-ninos-y-adolescentes-agredidos-padres-suponen-casi-50-por-ciento-llamadas-ayuda-recibidas-anar-202005051846_noticia.html (2020).
  25. Instituto de la Mujer. La perspectiva de género, esencial en la respuesta a la COVID-19. (2020).
  26. OMS. Preguntas frecuentes sobre la COVID-19, el embarazo, el parto y la lactancia materna. Organización Mundial de la Salud https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/question-and-answers-hub/q-a-detail/q-a-on-covid-19-pregnancy-and-childbirth (2020).
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  28. López Manzano, C. Un estudio evalúa el impacto psicosocial del COVID19 en la población LGTBQA+. Universidad Rey Juan Carlos https://www.urjc.es/todas-las-noticias-de-actualidad/5210-un-estudio-evalua-el-impacto-psicosocial-del-covid19-en-la-poblacion-lgtbqa (2020).
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  33. Perspectiva de género en medicina. (Fundació Dr. Antoni Esteve, 2019).
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  36. Comisión para Reducir las Desigualdades Sociales en Salud en España. Propuesta de políticas e intervenciones para reducir las desigualdades sociales en salud en España. Gac. Sanit. 26, 182–189 (2012).